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Rolls Royce 20/25 Limousine de 1933

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Rolls-Royce 20/25 (1933)

En la boda romántica que habías soñado ¿había un coche blanco?

Era nuestro Rolls-Royce!

Coches así ya no existen, sencillamente pertenecen a otra época donde todo era diferente…

…donde el refinamiento y el buen gusto predominaban en todo lo que hacia el hombre.

Si estáis pensando en una boda romántica éste es vuestro coche ideal. Entrar en él es entrar en otra dimensión. Hecho a mano desde la primera a la última pieza, carrozado por los dos mejores carroceros que existían en Inglaterra y supervisado por el equipo personal de los señores Rolls y Royce, llega a nuestro tiempo para ser testigo directo de vuestro enlace. No lo dudéis, con él tendréis una boda de lujo, la boda de ensueño que siempre habéis deseado. ¿Os llevamos?

Mi vida empezó a finales de 1932. Por aquel entonces las cosas eran muy distintas que ahora y todo se hacía de una manera artesanal. Empezaron a crearme en una fábrica de Inglaterra en la localidad de Crewe, la Rolls Royce limited. Estoy hecho de madera y aluminio y todos los operarios que me atendieron lo hicieron de manera ininterrumpida y dedicándome toda su atención y cariño. Decidieron ponerme un motor de seis cilindros en línea y 4000 centímetros cúbicos para que fuera capaz de llevar a mis ocupantes donde hiciera falta. Cuando estuve listo, me llevaron a unos carroceros muy conocidos en esa época para que me vistieran tal y como quería mi futuro dueño. Esos carroceros se llamaban Thrupp and Maberly y fueron ellos quienes me dieron la forma que ahora vosotros podéis ver y me pintaron de blanco. Cuando estuve listo llamaron a mi dueño para que viniera a por mí. Eso sucedió un 19 de Agosto de 1933. Mi dueño se llamaba Sir Henry Clarke y por lo que pude ver era alguien relacionado con la aristocracia inglesa de esos tiempos…

Con él recorrí carreteras, caminos y ciudades y siempre me trató con mucho cuidado.

Yo seguía con mi dueño hasta que estalló la II guerra mundial. Por entonces ya tenía 6 años de edad y fue entonces cuando me separé de él durante cinco años. En ese tiempo me tuvieron guardado en un granero para protegerme de las bombas y para que nadie me pudiera robar. Cuando acabó la guerra me cuidaron sin escatimar gastos para que pudiera estar listo de nuevo y seguir corriendo por aquellas precarias carreteras inglesas.

Cuando murió mi dueño a finales de los 40, un señor mayor se hizo cargo de mí. No vivía muy lejos de donde nací y cuando me estropeaba me llevaba de nuevo a la fábrica que me alumbró para arreglarme. A mediados de los años 50 decidió cambiarme la tapicería de los pasajeros porque ya empezaba a estar muy gastada. La tapicería que estrené es la misma que podéis disfrutar ahora.

Cuando mi segundo dueño murió sobre 1963, me enviaron a una localidad bastante apartada para seguir sirviendo a un nuevo dueño. Esa localidad se llama Borehanwood y está al norte de Londres. En esos años algo revolucionó Inglaterra y al mundo en general. De una ciudad portuaria que estaba más al norte y que pude visitar muchos años antes, surgieron unos chicos que lo cambiaron todo, creo que les llamaban The Beatles. Yo ya era bastante mayor, y esa música no acababa de convencerme mucho.

Con mi tercer dueño fui a bodas, comuniones, bautizos…  ¡Incluso me usaron para un par de películas que se grabaron antes de 1970! Aunque mi carrocería y mi motor ya empezaban a achacar el paso de los años fue una época divertida y la recuerdo con mucho cariño.

Todo siguió más o menos igual hasta que en el año 2007, ya en pleno siglo XXI, unos chicos de L’Hospitalet de Llobregat, en España, decidieron que yo aún podía seguir funcionado y vinieron hasta Inglaterra a por mí. Mi dueño me vendió para que pudiera seguir conociendo mundo. Era la primera vez en mi vida que salía de Inglaterra y cuando llegué todo era nuevo… ¡Lo primero que vi es que aquí conducían por el otro lado!

Ahora estoy a punto de cumplir 80 años y pese a que los años han dejado marcas en mi, estoy deseando seguir recorriendo mundo y sobretodo, acompañaros en vuestro día más especial… vuestra romántica boda. Deseo ser testigo de vuestra felicidad y seguir cumpliendo años mientras os ayudo a cumplir vuestros sueños… ¡Enhorabuena!